jueves, 6 de mayo de 2010

Informalidad laboral: el peruano explotado y explotador

Escrito por: Melissa Freyre


En nuestro país, uno de los problemas más grandes que existen es la informalidad. Esta está presente en muchos ámbitos de la sociedad, incluyendo el área laboral. No nos es extraño escuchar que las personas trabajan más de ocho horas diarias o que a pesar del largo tiempo que tienen en su empresa no los ponen aún en planilla. Tampoco nos parece raro escuchar que hay personas que reciben una remuneración menor al sueldo mínimo. Por medio de estos ejemplos, podemos darnos cuenta de que la informalidad laboral es problema que lo vemos todos los días, al ver a los cobradores de “combis” que trabajan desde las 6am hasta las 11pm, al ver a obreros que trabajan en las construcciones sin la protección y la seguridad necesaria, etc. En este artículo nos centraremos en explicar lo que es la informalidad laboral, cuáles son nuestros derechos como trabajadores y algunas de las causas del problema.
En primer lugar, deberíamos preguntarnos ¿qué es la informalidad laboral? El término informalidad significa la falta de respecto a las normas, asimismo, como la falta de seriedad o protocolo. Por eso, se puede decir que la informalidad laboral consiste en el quebrantamiento de las normas en lo referente a los derechos del empleado y las obligaciones del empleador, o sea, a lo legalmente establecido. En nuestro país el 66% de las empresas no registran a sus trabajadores en planilla, siendo en el caso de las microempresas un porcentaje más alto aún, llegando al 90%, o sea solo un cuarto de las empresas a nivel nacional cumplen con las regulaciones reglamentarias parcialmente, por lo que se podría decir (según ciertos estudios) que a más pequeña la empresa mayor la informalidad.
En segundo lugar, debemos saber cuáles son las obligaciones de nuestro empleador para con nosotros. En nuestro país, muchas personas desconocen sus derechos como trabajadores, por lo que permiten la explotación. Recuerdo que en un reportaje presentado en un canal nacional se mostró un caso, el cual me sorprendió mucho y trataba sobre un joven que tenía un trabajo como cargador de sacos de arroz, el cual trabajaba definitivamente más de ocho horas diarias y recibía un mísero sueldo de doscientos soles mensuales. Así como este caso, existen millones en nuestro país, en los que se observan el desequilibrio entre las horas de trabajo, el esfuerzo del empleado y la remuneración recibida. Aparte de lo mencionado, debemos agregar criterios como la seguridad y la higiene en el trabajo, ya que en muchas empresas los empleados trabajan en condiciones antihigiénicas, en las que pueden contraer enfermedades. Asimismo, la seguridad es sumamente importante, porque en trabajos como los de construcción informal, manejo de maquinarias y electricidad, entre otros, se percibe la indiferencia de los empleadores con respecto a invertir en instrumentos y sistemas que brinden protección a sus empleados. Por todo lo anterior, se mencionarán brevemente nuestros derechos como trabajadores: los empleados en planilla deben de contar con un salario que se considere digno (considerándose el número de horas de trabajo, que no sea menor al sueldo mínimo y verificando el promedio de ingresos para tal calificación), un horario de trabajo no mayor de 48 horas semanales, descanso semanal obligatorio, asignación familiar (se abona el igual al 10% de una remuneración mínima en caso de tener hijos menores de edad), indemnización por despido, pago de CTS (en mayo y en noviembre), pago de gratificaciones (en julio y en diciembre), pago de utilidades (en febrero), pago de horas extras y vacaciones remuneradas. En cuanto a los empleados que no están en planilla, según la página Labora Perú se aplicaría lo siguiente a los trabajadores de esa categoría:
“El Artículo 4º de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral (Decreto Supremo 003-97-TR) así lo reconoce cuando señala que “en toda prestación de servicios remunerados y subordinados se presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado“. Por lo tanto, la condición de trabajador no depende de si uno está o no registrado en las planillas de pago de trabajadores de la empresa, o de si el comprobante de pago de sus remuneraciones es un recibo por honorarios o una boleta de pago. Depende únicamente de que se presenten las 3 condiciones que exige la ley: que el trabajador preste un servicio, que el empleador pague una remuneración y que el servicio sea prestado bajo la dirección del empleador. De tal modo que si se verifican dichas condiciones se debe considerar a la persona que presta el servicio como un legítimo trabajador. A esto se llama “el principio de primacía de la realidad” que establece que para determinar si una persona es o no trabajador prevalece la realidad de los hechos y no las formalidades ni la documentación que pudieran haberse adoptado para simular la inexistencia de relación laboral”[1].
Algunas de las causas de la informalidad laboral consideramos que son la informalidad como conducta aprendida por los peruanos, la ignorancia de los trabajadores con respecto a sus derechos, y la sumisión del peruano. La informalidad como mala conducta del peruano, la encontramos en prácticamente todos los ámbitos en los que nos desenvolvemos, en el trabajo, en nuestro centro de estudios, en la familia, en nuestro rol de ciudadanos, entre otros. En sí, por lo general los peruanos buscamos quebrantar todas las leyes: infringir las reglas de tránsito, evadir impuestos, aprovecharnos de las personas pagándoles de menos o no pagándoles, no respetamos los derechos de los demás, robamos los servicios de otros como el agua, el cable o hasta tomamos como nuestros espacios que no nos pertenecen, etc. En realidad, la informalidad, es un gran problema en el Perú, la famosa “viveza” del peruano es muy difícil de erradicar. Otra causa es la ignorancia del peruano con respecto a sus derechos, ya que muchas veces no buscamos instruirnos al respecto, sino que tomamos una actitud conformista, la cual está ligada a la sumisión, que es una más de las causas. No solo debemos preguntarnos el porqué los empleadores explotan a sus empleados, sino también, preguntarnos el porqué los peruanos aceptamos ser explotados. La razón principal parece remitirse a la conquista, tiempo en el que los peruanos fuimos sometidos por los españoles. En esa época, los indígenas eran obligados a realizar duros trabajos, siendo víctimas de abusos físicos y psicológicos por los encomenderos, además de recibir una ínfima remuneración. De cierta forma los peruanos seguimos siendo sumisos y seguimos callando las injusticias, por lo que son acertadas las palabras de nuestro presidente Alan García al decir que “la informalidad laboral es esclavitud moderna”[2], con las cuales podemos relacionar nuestra realidad actual con nuestro pasado. En realidad, existe cierta contradicción en nuestro comportamiento, a veces somos los “vivos” y en otros momentos, los explotados.






Fuentes:



-AMAT Y LEÓN CH., Carlos (2006) El Perú nuestro de cada día : nueve ensayos para discutir y
decidir. Lima : Universidad del Pacífico.
-http://www.cronicaviva.com.pe/content/view/38780/36/

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